Comercio de Semen y utilización de la Inseminación Artificial (IA).
Antes de 1950, la mayoría de las inseminaciones en vacas se realizaron con semen fresco (Vishwanath & Shannon, 2000). Actualmente la industria moderna del ganado en todo el mundo se basa en el uso del semen congelado (Curry, 2000). En 1980 una encuesta mundial reportó alrededor de 130.000.000 de dosis de semen comercializadas (Bonadonna & Succi, 1980). En 1995 el número de dosis mundialmente reportadas en un estudio fue de aproximadamente 160.000.000 a pesar de que no se tuvieron en cuenta grandes países como Rusia (Chupin & Thibier, 1995). El uso de la IA para este mismo año en la industria de carne fue del 5 al 10%; mientras que en granjas lecheras su utilización fue del 80% (Twagiramungu et al.,1995). Posterior a esto en 1998 fueron producidas mas de 260.000.000 de dosis, siendo congelado aproximadamente el 95% de este volumen, llegándose a exportar para este mismo año 20.000.000 dosis (M. Thibier & Wagner, 2002); mientras que para el año 2006, la cifra de semen exportado mundialmente fue de 38.000.000 de dosis con un valor estimado de ese comercio de aproximadamente U$S 250.000.000 (Echeverry, 2009). Los principales exportadores para ese año fueron América del norte (EE.UU. y Canadá) con el 67 %, la Unión Europea con el 31 % y Oceanía (Australia y Nueva Zelanda) con el 2 % de participación (M. Thibier, 2008). En el 2007, el número de dosis de semen producidas fue superior a 250.000.000 en todo el mundo, y se dispone de métodos estandarizados mundialmente para la refrigeración, congelación y descongelación, con sólo sutiles diferencias entre razas (Rodríguez Martínez & Barth, 2007). Para el año 2008 los principales exportadores por volumen de dinero, fueron Estados Unidos con el 36,2 %, Canadá con el 24%, Holanda con el 9,5%, seguido por países de la Unión Europea, Australia, Uruguay y Nueva Zelanda. En este mismo año, en el ranking de los importadores de semen por volumen de dinero, curiosamente Estados Unidos fue el principal comprador con una participación del 14,6% en el mercado mundial, además del Reino Unido con el 9%, Brasil con el 8.3%, México con el 7,2%, Japón con el 4,2%, Australia con el 3,3% y Canadá con el 3,2%. Colombia participo con el 1,3% con respecto al total de importaciones mundiales en este mismo año (Ruiz et al, 2012). De aquí es posible inferir que el mercado mundial de semen se encuentra globalizado y que los principales exportadores también son importadores de genética, lo que indicaría la necesidad de un intercambio fluido de genética para lograr un constante mejoramiento (Echeverry, 2009). En el caso de Colombia, el uso de la inseminación artificial corresponde a un 20% de los sistemas productivos dedicados a la ganadería, el resto de los sistemas utiliza el sistema multitoro que también es llamado monta natural(Saldarriaga García, 2009); sin embargo, se estima que sólo entre el 3 al 5% de las hembras bovinas en Colombia son inseminadas (Ruiz et al., 2012).
Criopreservación del semen.
La IA es la biotecnología más ampliamente utilizada en los países desarrollados y en desarrollo (Lidder & Sonnino, 2011), pero fue la criopreservación de semen lo que contribuyó a la expansión de esta técnica y de la fertilización in vitro (Medeiros et al., 2002). Actualmente el desarrollo y aplicación de la conservación del semen (ya sea refrigerado o congelado) ha ido creciendo de manera exponencial a escala mundial (M. Thibier & Wagner, 2002) y en el caso de los bovinos, constituye una herramienta útil para la industria de la transferencia de embriones (Cabrera & Fernandez, 2006). Las empresas que usan la inseminación artificial con semen congelado han ido aumentando en los últimos años, particularmente en los países Europeos (Barbas & Mascarenhas, 2009).